TIANJIN, 18 jun (Xinhua) -- La visión borrosa no impidió a Cai Cheng iluminar la vida de las personas con discapacidad.
"Tengo un sue?o bonito de aventurarme por el mundo. Continuaré a pesar de los vientos y las lluvias", asegura Cai.
Cai toca la guitarra y canta canciones escritas por él mismo junto con los empleados de su empresa en su tiempo libre.
Hace siete a?os, el hombre de 28 a?os que tenía deficiencias visuales creó una compa?ía de servicios domésticos. Ahora la firma contrata a 35 empleados, de los cuales un tercio son discapacitados o familiares de ellos, y ofrece servicios a cerca de 1.000 familias de discapacitados.
La vida de Cai cambió por la neuritis óptica cuando tenía diez a?os. "Parecía que el cielo cayó", indica Wang Zhiping, madre de Cai.
La discapacidad visual no permitía a Cai quedarse en la escuela primaria pública. Dos a?os después, fue trasladado a una escuela especial para invidentes.
En la escuela especial, aprendió a dar el tradicional masaje chino, profesión en la que muchos ciegos se dedican en China.
"No quería terminar con este tipo de vida", comenta Cai, quien luego se matriculó en la Universidad Abierta de Tianjin y fue admitido por el programa de trabajo social del colegio menor.
Durante los estudios, se le ocurrió la idea de iniciar un negocio. Con el apoyo financiero del gobierno local y los préstamos sin intereses, estableció una compa?ía en 2011 y consiguió un proyecto del gobierno para ofrecer servicios domésticos a los residentes discapacitados del barrio.
Wang, quien es contable, renunció a su trabajo para convertirse en la primera empleada de la compa?ía de su hijo. Por aquel entonces, el mayor desafío era encontrar a clientes. Comenzó a ofrecer servicios gratuitos y logró que la gente confiara en él.
Al desarrollar la empresa, el primer pensamiento de Cai fue ofrecer puestos de trabajo a los discapacitados y sus familias. "Puedo entender los inconvenientes de ser discapacitado mucho mejor que nadie", sostiene Cai.
He Ying, de 60 a?os, sufre de la neurofibroma facial, mientras su marido está paralizado y su hijo está incapacitado debido a una enfermedad grave.
Cai la ofreció un puesto de trabajo como trabajadora doméstica. "Ahora puedo comprarle muslos de pollo", le se?aló su marido después de conseguir su sueldo del primer mes. En los días buenos, puede ganar más de 5.000 yuanes (780 dólares) al mes.
Wang Xi, de 30 a?os, perdió su pierna izquierda en un accidente hace a?os. Cai le empleó como chófer de la compa?ía al descubrir que todavía podía conducir.
"La compa?ía contrata a muchos discapacitados y cada uno trabaja para tener una vida mejor", resume Wang.
Una vida mejor para Cai significa tener una familia. Se encontró a su esposa Liu Yunli gracias a un cliente y ahora su bebé ya tiene dos a?os.
"Lo más feliz de nuestra vida es que monto una bicicleta eléctrica para llevarle al trabajo. Es cansado pero siempre puede encontrar una manera para divertirme", indica Liu. "Me siento segura cuando estoy con él", apunta.
Cai es una persona que nunca estará satisfecho con el estado actual. A?os después, ha ampliado sus negocios en el masaje y otros campos, con el fin de ofrecer más puestos de trabajo a los inválidos. E incluso comenzó un curso para ense?ar a tocar la guitarra a ni?os.
"Lo que has logrado ya es pasado a pesar de que sea glorioso. Si podemos agarrar el momento presente, tendremos un mejor futuro", sostiene.